La Hoya Lorca sigue y resta. Esta vez perdió ante el Granada B por cero a uno en un partido soporífero e insufrible. Los lorquinos no se sabe a qué juegan. Este domingo se enfrentaron a un filial atípico, ya que los granadinos salieron a no perder, renunciando al ataque y solo aprovecharon un regalo de la zaga local para llevarse los tres puntos.
Ninguno de los contendientes mereció gol alguno.Los porteros fueron meros espectadores y el público se marchó muy decepcionado.
La Hoya Lorca toca fondo, ya que se mete en lugares de descenso directo por vez primera desde que es equipo de segunda división B.
La plaga de lesiones, el desacierto en momentos puntuales de los atacantes del brócoli mecánico y los clamorosos errores en defensa están condenando al equipo de Jose Miguel Campos, que intenta revertir la situación con lo que tiene,pero a veces da muestras de importencia.
Una tarde contradictoria recibió a lorquinos y granadinos. El sol, con su presencia, quería contribuir con el espectáculo y aunque en lo mas alto relucía el arco iris, llovía fuera de recinto deportivo y no lo hacia dentro. Los caprichos de las nubes. La temperatura era ideal para jugar, pero las gradas registraron la entrada mas pobre de la temporada.
Se respiraba ambiente de tristeza, no solo por la trayectoria del equipo local, sino también por el accidente del autobús del dia anterior en la Venta del Olivo, donde fallecieron vecinos de Bullas por los que se guardó un sentido minuto de silencio.
Fueron los locales quienes empezaron mandando en el partido. Finalmente se recuperó David Cuerva y fue alineado en el medio centro junto a Sergio Ortiz. Sorprendió la ausencia de inicio de Alvaro Muñiz.
Los visitantes aguantaron bien los embites iniciales de los de casa sin mucho esfuerzo. Bien ordenados atrás,intentando crear en la parcela ancha y buscando acciones rápidas para sorprender a la zaga local.
En la primera media hora,los porteros pudieron quedarse en su casa ya que no tocaron ni un solo balón.
Tan solo dos tímidas aproximaciones,una por bando, con el mismo final,el esférico salió fuera.
Los lorquinos ponían mas aptitud en ataque y en dos balones parados pudieron marcar.
En el minuto treinta y uno, un córner botado a la izquierda del ataque local,acaba con un disparo en boca de gol del defensa Pina que habia subido al ataque. Solo un minutos después,otro saque de esquina pero en el lado opuesto,el balón pasado llega a otro defensa, Alcántara, cuyo disparo cruzado,sale rozando el poste del macedonio Dimitrievski.
El equipo lorquino parece de cristal, los jugadores se van derrumbando lesionados como un castillo de naipes. Buena prueba de ello es que, a los cuarenta minutos, Sergio Ortiz tuvo que abandonar el terreno de juego debido a un problema muscular,dejando su lugar a Alvaro Muñiz.
El entrenador local,Campos, ya tenia seis bajas para este partido a las que se suma Ortiz.Muñiz le dio algo mas de criterio al juego local,pero muy desasistido por un David Cuerva que nunca supo donde estaba.
Con mucha pena y escasa gloria,se llegó al descanso donde la Hoya Lorca hizo algo mas que su oponente,pero seria injusto señalar que el resultado sin goles debió favorecerle.
El inicio del segundo acto de los locales fue decepcionante.A los cuatro minutos llegó el gol granadino. Otro regalo anticipado de navidad de la defensa lorquina y ya van unos cuantos. Un balón muerto dentro del area lorquina,error garrafal en el despeje de Pina y Bravo que pasaba por allí se limitó a agradecer el obsequio y empujar el balón al fondo de las mallas. Los de casa no solo se muestran inoperantes en ataque si no que además,dan todo tipo de facilidades en defensa.
Los locales no reaccionaron. Campos movia el banquillo poniendo a jugar a todos los atacantes que tenia,primero Antonio Pino y después Higinio.Se marcharon sin apenas aportación, Nico y Pau Franch.
Ni una sola ocasión de gol creó el equipo de casa. Mucho corazón, pero muy poca cabeza. Demasiadas impreciones y exceso de ansiedad cuando están por debajo en el marcador.
Los visitantes controlaban el juego sin mucho esfuerzo, muy seguros atrás, muy ordenados en la parcela ancha aunque sin prisa de medio campo hacia adelante .Ninguno estaba mereciendo ganar.
El juego sin ideas por parte de ninguno de los equipos aburrió a los cada vez menos aficionados que asisten al estadio Artés Carrasco.